Sabores y
genuinidad
LA NOSTRA
TERRA
«Questa terra non assomiglia a nessun altro posto. La Sardegna e’ un’altra cosa: incantevoli spazi e distanze da viaggiare, nulla di definitivo. E’ come la liberta stessa»
Cit. David Herbert Lawrence
Sabores y genuinidad
En el pintoresco entorno de Cerdeña, la excelencia de los productos locales y la riqueza de la tradición culinaria se manifiestan en un fascinante viaje gastronómico. Los históricos viñedos de la región ofrecen excelentes vinos, como el refinado Malvasia, el robusto Nepente y el fragante Vermentino di Gallura. La experiencia sensorial que ofrecen estos vinos se completa con el intrigante mundo de los postres, auténticas joyas gastronómicas. S’Aranzada, una delicada fusión de naranja y almendra, y las sebadas, tortitas rellenas de queso en el centro de la juguetona disputa entre conocedores del azúcar y puristas de la miel, representan auténticas delicias capaces de conquistar todos los paladares. Otra pieza de la historia gastronómica de la isla son sus frondosos olivares. La producción de aceite de oliva, con variedades autóctonas como la Bosana y la Nera di Oliena, aporta un rico sabor a los platos de mar y tierra.
La dulzura auténtica de Cerdeña
Descubra la auténtica dulzura de Cerdeña con los dulces típicos, una auténtica delicia para el paladar y una experiencia culinaria única. Sumérjase en el sabor tradicional con Su Pistiddu, un irresistible dulce relleno de sapa o miel, que encanta por su suave textura y rico sabor. Deleite sus sentidos con los turrones artesanales enriquecidos con frutos secos, perfectos para un sabroso descanso o como regalo especial. Explore la autenticidad del territorio con la Pompia, un cítrico típico de Siniscola, que aporta una nota fresca y cítrica a nuestros dulces. Un pastel típico que destaca por su suntuosidad es la famosa Torta di Mandorle Sarda, también conocida como la «torta de los novios», finamente decorada con glaseado y el característico pavoncelle, que parece cubierto de encaje, una verdadera obra maestra de la pastelería sarda. Déjese llevar por las tradiciones culinarias de esta fascinante región y deleite su paladar con los mejores sabores de Cerdeña.
Vinos y viñedos
Cerdeña presume de una rica tradición vinícola, con el Vermentino di Gallura, uno de los vinos blancos italianos que ostentan la Denominazione di Origine Controllata e Garantita. Este vino, con aromas de almendra y fruta, es un acompañamiento perfecto para platos de marisco y lo producen tres bodegas históricas, además de numerosas pequeñas emergentes. Además del Vermentino, la región ofrece diversas variedades de uva, como Moscato, Nebbiolo y Cannonau, esta última famosa por su intenso sabor y versatilidad culinaria. Cerdeña también es famosa por sus licores, como el Limoncello y el Mirto, cuyas bayas se recogen entre noviembre y enero y se han hecho mundialmente conocidas por su característico aroma acre.
La cocina y los sabores de Cerdeña
La cocina sarda se caracteriza por una armoniosa combinación de ingredientes del mar y de la tierra, que da como resultado platos con auténticos sabores isleños. Desde la costa, rica en pescado, hasta el interior, la tradición culinaria sarda ofrece una gran variedad de platos típicos. Entre los más populares están la sopa Gallura, el cochinillo y el pane frattau, o primeros platos como el malloreddus o la fregula. Entre las preparaciones más originales se encuentra sin duda su Filindeu, los hilos de Dios, un antiguo tipo de pasta en finas capas cocida en caldo, mientras que el elemento más representativo sigue siendo el pane carasau, extremadamente versátil y sabroso para picar. Tradicionalmente, lo preparaban las mujeres de la familia en largas sesiones y era el alimento básico de la dieta. Para terminar con una nota dulce, se puede disfrutar de deliciosos postres como las pardulas, llamadas casgiatini en Gallura, un postre famoso por la sencillez y suavidad de su relleno de queso, envuelto en una cáscara de fragante hojaldre.
«La vida en Cerdeña es quizás lo mejor a lo que un hombre puede aspirar: veinticuatro mil kilómetros de bosques, campo y costa inmersos en un mar milagroso deberían coincidir con lo que yo aconsejaría al buen Dios que nos diera como Paraíso.» Fabrizio De André
